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Por qué escuchar las voces de los mártires

  • Foto del escritor: Cristian Villanueva
    Cristian Villanueva
  • 16 jun 2020
  • 6 Min. de lectura

Mientras aprendía sobre Jonathan Edwards, un hombre que Dios utilizó grandemente para extender su reino cuando Estados Unidos aún era una colonia, y autor de uno de los sermones más conocidos “Pecadores en las manos de un Dios airado”, que me encontré con sus resoluciones. Estas resoluciones, eran un conjunto de 70 decisiones que Edwards había tomado para su propia vida a la edad de 19 años, sin duda te animo a leerlas, todas ellas demuestran un corazón convencido a seguir a Dios, sin embargo una de ellas captó mi atención inmediatamente, la número 10:


“Me resuelvo cuando sienta dolor, pensar en los dolores del martirio y del infierno.”

En ese momento esta verdad brilló de manera tan clara en mi mente, y ahora podía verlo, mi sufrimiento no se compara al de aquellos que han sido martirizados, y menos aún al de aquellos que han sido condenados a una eternidad en el infierno.


Fue en ese momento en que tomé la decisión de conocer aún más de cristianos de otras épocas que decidieron derramar sus vidas en servicio a Cristo y espero que juntos podamos aprender de su ejemplo.



Se que puede ser abrumador enfrentarse a dos milenios de hombres y mujeres que dieron la vida por Cristo, pero puedes encontrar en la lectura sobre ellos, ánimo y ejemplos de fe que solo Dios da.


“Desde Esteban y los apóstoles, a las persecuciones del imperio romano, desde Jan Hus y la inquisición romana hasta los países que sacrifican a cristianos por su fe al día de hoy, los mártires dan testimonio de lo que verdaderamente significa entregar la vida por la causa de Cristo.”

Los mártires son de ejemplo a nuestras vidas


En su vivir dedicado a Dios, estos hombres y mujeres significan para nuestro pueblo cristiano, tanto un ejemplo como un llamado de atención.


De sufrimiento


La experiencia de estos hermanos en la vida cristiana nos recuerdan las enseñanzas y el ejemplo de Cristo al sufrir por nosotros. Jesús fue claro al afirmar:


“En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33b.


“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” Marcos 8:34-35.


Junto con la Palabra de Dios:


“Y ustedes fueron llamados para esto. Porque también Cristo sufrió por nosotros, con lo que nos dio un ejemplo para que sigamos sus pasos.” 1 Pedro 2:21


“Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo.” Colosenses 1:24


La Palabra de Dios es clara, y nuestro Señor también lo fue, dado que la vida del cristiano es una lucha constante por hacer la voluntad de Dios, y esta lucha conlleva sufrimiento para todos aquellos que pretendan heredar el reino de los cielos. De esta manera lucharon los mártires, con todas su fuerzas, con el fin de alcanzar la meta y poder presentarse como obreros aprobados delante de Dios, los cuales no tuvieran nada de qué avergonzarse.


“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.”Romanos 8:17


“La inconmovible fe y el testimonio de los mártires, llevó a unos a enfurecerse en contra de su causa, mientras que en otros provocó arrepentimiento y salvación, para la gloria de Dios.”

John Rogers fue un predicador de la Palabra de Dios, injustamente acusado de ir en contra del orden social, por acusar las mentiras del papado y predicar el Evangelio de Jesucristo cuando la reina lo había prohibido.


"Cuando llegó el momento de ser llevado de Newgate a Smithfield, donde iba a ser ejecutado, un alguacil llamado Woodroofe se acercó al señor Rogers, y le preguntó si quería retractarse de su abominable doctrina y de la mala opinión acerca del Sacramento del altar.

El señor Rogers respondió; “Lo que he predicado lo sellaré con mi sangre.” Entonces Woodroofe le dijo: “Eres un hereje.” “Esto se sabrá.”, el señor Rogers replicó, “En el Día del Juicio.” “Bien.”, Woodroofe le dijo: “Nunca oraré por ti.” ;

“Pero yo si oraré por ti.” le dijo el señor Rogers."


De esperanza eterna


Los mártires nos recuerdan que este mundo no es nuestro hogar, sino que Cristo con su muerte y resurrección nos ha asegurado una morada eterna. Estos hombres vivían y respiraban el pronto retorno de Cristo en gloria, y la realidad de sus muertes solo los acercaba al gozo eterno de compartir con Dios para siempre, poder ver a Cristo en su gloria eterna, y amarle con todo su ser por siempre, para estos hombres la muerte y el sufrimiento no eran sino “leves tribulaciones momentáneas” como afirma el apóstol Pablo.


El doctor Rowland Taylor fue condenado por afirmar que celebrar la misa era superstición e idolatría, al estar encarcelado, unos días antes de su ejecución pudo compartir un tiempo con su familia y les dejó escrito su testamento.

"Digo a mi esposa y a mis hijos: El Señor me dio a vosotros, y el Señor me ha quitado de vosotros y a vosotros de mí: Bendito sea el nombre del Señor! Creo que son bienaventurados los que mueren en el Señor. Dios se cuida de los pajarillos, y cuenta los cabellos de nuestras cabezas. Le he encontrado a el más fiel y favorable que pueda serlo ningún padre o marido. Por ello, confiad en él por medio de los méritos de nuestro amado Salvador Cristo; creed en El, amadle, temedle y obedecedle. Orad a él, porque él ha prometido ayudar. No me consideréis muerto, porque ciertamente viviré y nunca moriré. Voy delante, y vosotros me seguiréis después, a nuestro eterno hogar."


Cuando se le informó que había llegado al lugar donde sería incinerado en la hoguera él exclamó: “¡Gracias a Dios, ya casi estoy en casa!”


De sólida convicción espiritual


Si pudiera definir de alguna manera la fe de estos hombre y su lucha por la verdad, el término sería “inconmovible”. Si algo deseaban estos siervos de Dios era que no se quitara gloria al Evangelio de Jesucristo, sino que lo predicaron valientemente, respondiendo con audacia a aquellos que no solo iban en contra de su causa, sino en contra de Dios mismo con sus acciones y cultos que solo servían para exaltar al hombre y separarlo de todos aquellos que necesitan salvación.


Tanto así que cuando se pusieron en la balanza, la gloria de Dios y su vida, ellos optaron porque la gloria de Dios no brillara ni siquiera un poco menos porque ellos conservaran su vida en esta tierra.


“Estos hombres sabían que peleaban y predicaban la verdad, y no dudaron al entregar sus vidas, porque ya no eran suyas, le pertenecían a su Señor.”

Al leer sobre estas personas, me siento humillado al pensar que mi fe nunca se comparará a la de ellos, y ruego que Dios me llene de tanta valentía y fe como dio a sus mártires. Al mismo tiempo descanso en que aunque mi fe sea pequeña, y yo, un débil y pequeño santo entre los gigantes espirituales que Dios ha levantado, Él me ama y tiene dulce gracia y misericordia conmigo.


“Es delante de la pira, con la espalda expuesta a los azotes, con dolor por los golpes, cuando su sangre era derramada y su ser expuesto al fuego, cuando la fé de estos hombres brilló increíblemente.”

Donde leer sobre los mártires


Existen varios portales y recursos que pueden ayudarte a aprender más sobre aquellas personas que entregaron su vida por Aquel que nos dio salvación al entregar la suya, sin embargo, “Los mártires” escrito por John Fox ha demostrado ser la obra más completa en lo que al martirio respecta.

No puedo terminar de leer los testimonios del sufrimiento de estos fieles hijos de Dios sin que mis ojos se llenen de lágrimas y mi corazón alabe a Dios por convertir a viles pecadores, en personas que le dan tanta gloria.

Te animo a leer su libro y aprender de personas entregadas a la búsqueda y extensión del reino de Dios hasta el final de sus vidas.


Y al mismo tiempo te animo a entregar tu vida de una manera completa, sabiendo que tu alma ya no te pertenece, sino que está guardada en aquel que sostiene el universo con el poder su Palabra, y que dio su vida para salvar la tuya.

 
 
 

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